jueves, 16 de julio de 2015

El revés de la trama. 2014. Retrospectiva de Ernesto Aroztegui, 1930-1994



















Luis Errnesto Aroztegui, años 60.


Video documental de Ernesto Aroztegui especialmente editado para el canal Antel Vera +

http://tv.vera.com.uy/video/9931


Jorge Francisco Soto. Curador. Fragmento del texto.

El desarrollo del Tapiz en Uruguay, país sin tradición textil precolombina, constituye un fenómeno artístico singular que merecería ser investigado por la historiografía del arte nacional. Si bien, algunas familias acomodadas de nuestro país, adquirieron desde el siglo XIX grandes tapicerías flamencas o francesas, como símbolo de estatus y poderío económico, nunca existió una producción nacional de tapices en forma continuada. El único antecedente colonial es una pequeña industria de tejidos artesanales utilitarios, vinculados a la actividad ganadera y realizados en telar criollo. Los primeros tapices contemporáneos comienzan a confeccionarse recién a mediados de la década del sesenta, coincidiendo con el auge de esta disciplina en Europa. Algo similar ocurre simultáneamente en otros países de América. 


















Autorretrato con algunos recuerdos del pasado, 1985

Ernesto Aroztegui (1930-1994), nace el 25 de agosto en la ciudad de Melo, capital de Cerro Largo, departamento fronterizo con Brasil. Luego de experimentar con diferentes disciplinas artesanales, en 1954 teje su primer tapiz, donde copia el diseño de un manto de plumas precolombino aparecido en una revista escolar. Entre 1960 y 1964 continúa sus experimentos, tratando de adaptar técnicamente un viejo bastidor de bordado para transformarlo en un improvisado telar. Aroztegui, autodidacta en la técnica del tapiz, adquiere en pocos años un conocimiento profundo de los secretos del telar y un gran dominio de la técnica del tejido. Sin apoyo económico, público o privado, organiza a partir de 1967 una escuela de tapices en Montevideo. Lidera a sus alumnos y junto a otros artistas, impulsa la creación del movimiento de la tapicería nacional. Se realizan bienales, exposiciones, encuentros nacionales y regionales donde participan artistas argentinos, brasileños y latinoamericanos. Estos artistas organizan en sus países, movimientos textiles de similares características.



















Doble retrato de Sigmund Freud con cáncer en el maxilar izquierdo, 1980.

Resulta complejo comprender, sin analizar la singular personalidad de Ernesto Aroztegui, cómo es que logra recrear, en poco tiempo, una técnica milenaria tan compleja como lo es el tejido de tapicerías. (1) Durante el transcurso del siglo XX, en Uruguay, varios colectivos artísticos se agrupan como movimientos culturales independientes, reunidos en torno a una disciplina, una técnica o una tendencia estética particular. El objetivo principal era imponer corrientes de vanguardia, dinamizar o subvertir la enseñanza tradicional del arte, creando escuelas y talleres, organizando exposiciones, conferencias y publicaciones. Mencionamos, solo a manera de ejemplo, a la Asociación de Arte Constructivo AAC (1934-1943) liderada por Joaquín Torres García luego de su regreso al país, la Federación Uruguaya de Teatros Independientes, FUTI, (1947) y el Club de Grabado de Montevideo (1953-1993), entre otras organizaciones. (2)

 (1) La historia del hombre convive en paralelo con el textil. Este ha sido un representante de la sociedad en términos sociológicos, históricos, etnográficos. Es por esto que al comprender su historia, entendemos la nuestra. Del tapiz al arte textil. Nicole Andreu Cooper. Agenda artística internacional, Colombia. 

 (2) En el segundo tomo de la Historia de la Pintura Uruguaya, Gabriel Peluffo Linari analiza con detalle, la organización de los diferentes grupos de artistas e intelectuales que a lo largo de la historia, inciden en la cultura nacional. Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo 1988.

 Tapices en el Uruguay, éxitos y fracasos.












Retrato de José Cúneo, 1981

Tradicionalmente se han mencionado algunos antecedentes dentro de la breve historia del tapiz en nuestro país. El pintor Guillermo Laborde en 1923 incluye, en sus cursos de pintura decorativa de la Escuela Industrial, la enseñanza del diseño de cartones para tapices. Esta experiencia se desarrolla luego de la reforma impulsada por Pedro Figari entre 1915 y 1917. Otro ejemplo es la exhibición en Montevideo de la serie América Tropical (1927), tapices basados en los cartones del pintor Carlos Castellanos, ejecutados en Bruselas posiblemente bajo la dirección de 9Henry van de Velde. Posteriormente, en los años cuarenta, destacan los diseños de Joaquín Torres García y su hijo Augusto, bordados por sus familiares y el equipo textil Maotima. En 1956, Óscar García Reino es becado por UNESCO para estudiar tapicería en la Manufacture Nationale des Gobelins de Paris. El proyecto del pintor era crear, a su regreso, un taller de manufactura de tapices que nunca llegó a concretarse. (3) Estos antecedentes son hechos aislados y ninguno logra trascender ni convertirse en un verdadero impulso de la técnica del tapiz en el Uruguay.













Retrato Anamorfoseado de Ernesto Sábato casi ciego, 1987


(3) Arte textil en el Uruguay. Acerca de un maestro y de un impulso colectivo. Olga Larnaudie. Jorge Sosa Campiglia / Tapicista. Ediciones El Monitor Plástico y Pozo de Agua, 2011. Y en el Prólogo del catálogo del Tercer Encuentro Nacional de Tapicería, La Tapicería que no cesa, Prof. Nelson Di Maggio, 1977. Asociación Cristiana de Jóvenes, Taller Sur de Tapices.

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